Quizás cuando de nuevo volvían a los sonidos duros de aquellos primeros años, con temas como “Victimás”, "Mi obsesión" o “Sevilla está llena de Peligro”, algo empezó a fallar en el grupo, que por entonces ensayaban en los locales del Barrio León (Triana).
La desidia, la falta de ganas de ensallar, la prioridad para los “canutos” o el “Cubateo” o el “invitate a algo antes de ensayar, ¿no?, es que tengo falta de feeling” (palabras textuales expresadas al batería por miembros del grupo), hicieron que un día indeterminado del verano de 1988, Paco Santiago vendiera su instrumento y dejara el grupo, ante la “Vuelta al Negro” que se avecinaba sin remedio.
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